¿Qué es una reclamación de cantidad?
Es la vía que la Ley pone a nuestra disposición para exigir el pago de una deuda pendiente o para reclamar el pago de cualquier cantidad de dinero que por derecho pudiera correspondernos. El origen del derecho a reclamar la cantidad puede ser muy diverso: desde el impago de un préstamo o una factura hasta una indemnización derivada de un siniestro o del incumplimiento de un contrato.
Antes de demandar, puede ser de tu interés… reclamar la deuda antes de acudir a los juzgados. La mejor manera de hacerlo es remitiendo un burofax al deudor requiriéndole el pago. Esto te permitirá demostrar al Juzgado que has intentado de manera amistosa intentar solucionar el conflicto antes de acudir a la vía judicial.
Plazos para reclamar tu dinero
El plazo general para reclamar la cantidad que te deben es de cinco años. Dicho plazo empieza a contar desde el día en el que el deudor tenía que hacer efectivo el pago de la deuda y no la abonó.
Ahora bien, existen casos en los que el plazo para reclamar tu dinero es diferente. Así, nos encontramos con los siguientes supuestos: • Reclamación de cantidad por impago de suministros (luz, gas, teléfono…): tres años. • Reclamación de cantidad por deuda hipotecaria: veinte años.
Si estás en plazo y no es posible alcanzar un acuerdo, ¿cómo puedes reclamar tu dinero?
Existen varias formas de reclamación de cantidad. La manera que empleemos dependerá del tipo de deuda que estemos hablando y de la cantidad a reclamar. De este modo, nos encontramos con tres tipos de procedimiento, los cuales tienen sus diferencias unos de otros: ⇒Procedimiento monitorio: En este caso, hablamos de un procedimiento bastante ágil y rápido. Para acudir a este procedimiento, no importa la cantidad que se reclame, pero sí es necesario que la deuda sea dineraria (tiene que deberse dinero, no se pueden reclamar obligaciones de hacer o entrega de cosas), vencida (el plazo de pago ya ha finalizado), exigible (no depende de ninguna contraprestación ni está sujeta a condición) y determinada (la cantidad debe estar concretada). Se insta ante el juzgado la petición para que el deudor pague. El Juzgado, una vez revisada la documentación, lo remite al deudor y le requiere para que abone la deuda en el plazo de veinte días hábiles. Puede ocurrir que el deudor pague, en cuyo caso el procedimiento se archivará sin más. Si el deudor no paga y no se opone a la deuda, se podrá ir directamente a ejecución para que le embarguen sus bienes. En caso de que el deudor niegue la existencia de la deuda o alegue que debe menos de lo reclamado, el procedimiento se tramitará a través de juicio verbal o juicio ordinario, en función de la cantidad que reclamemos. Si la cuantía es inferior a seis mil euros, el monitorio se transformará automáticamente en un juicio verbal. Si es superior a seis mil euros, se deberá presentar demanda y acudir a un procedimiento ordinario. ⇒ Juicio Verbal: Es un procedimiento donde podemos reclamar cantidades inferiores a seis mil euros, salvo que la Ley determine que, por el objeto del procedimiento, se debe acudir al Juicio Ordinario, en cuyo caso la cuantía es irrelevante. Es más lento que un procedimiento monitorio, pero, a diferencia de éste, la deuda a reclamar puede ser de otro tipo (reclamación de cantidad en concepto de daños y perjuicios por un incumplimiento de contrato, por ejemplo). Recuerda que, a partir de dos mil euros es obligatorio utilizar abogado y procurador. ⇒Juicio Ordinario: Al igual que en el Juicio Verbal, se pueden reclamar deudas distintas de las del monitorio. En este caso, será necesario siempre acudir asistido de abogado y procurador. Salvo los casos especiales donde la Ley determina que el procedimiento debe tramitarse por los cauces del juicio verbal, si la cuantía es superior a seis mil euros, acudiremos a este tipo de procedimiento.
En todo caso, sea el procedimiento que sea, siempre es recomendable estar asesorado por un profesional ya que sabrás en todo momento qué pasos dar y qué te conviene más. Un abogado te va a ayudar siempre a encontrar la manera más rápida, y sobre todo, más efectiva, de cobrar tu deuda. En caso de que te reclamen una cantidad a ti, el abogado te ayudará a defenderte de la mejor manera posible.